martes, 16 de junio de 2015

Unos segundos

Y el mundo se detuvo. El semáforo se contuvo. La respiración cesó por segundos. Las personas se quedaron quietas a la espera de un saludo. El tiempo paró. El planeta dejó de girar. Solo escuché un latido fuerte de un corazón herido. Tan solo una persona tenía vida en mitad de una calle congelada por segundos.

Me esquivé a mí misma y la gran losa me aplastó.

Y de repente volví a ver el semáforo cambiando, la gente andando, mi respiración en movimiento, mi corazón palpitando, mi vida en cambio. Y el silencio momentáneo se convirtió en ruido infinito sobresaturando mis sentidos. Haciendo rodar una lágrima en una explosión puntual, en un tiempo ilimitado, en un lugar indefinido.

Tú.

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