Vi renacer los ojos de tu vida
como cuando me ocultas tu cansancio
y casi ni me miras
Se oscureció el cielo de naranjas
y se cubrió de paños entrecosidos
con puntos de agujas blancas
Sin hacer ningún ruido, ni pronunciar palabra
dejé reposar mis brazos sobre tu espalda
Tus dedos empezaron a sonar sobre las cuerdas tiesas de la
guitarra
Sin cerrar los ojos sentí que me perdía,
entre la melodía tardía de tus agilidades manuales
La pieza perfecta del momento callado y viento pausado
Luces brillantes en el paisaje de un paraíso
creado por ti a la medida de una perfección increíble
a mis oídos, mis ojos, mis manos, mi boca, tus labios