lunes, 23 de junio de 2014

Cambia el viento


Y de repente empieza el cambio. Veo desvanecerse rápida mi infancia. Con muñecos de playmobil robados, casitas de verano caducas, paseos en tractor inexistentes. Veo a mis compañeros de juegos alejarse y construirse una vida propia, un futuro brillante y merecido. Veo que abandono la casa materna, el rincón del verano, las huellas sobre la arena. Veo que cambian circunstancias. Que mis amigas encuentran trabajos. Que otros se casan y tienen hijos. Veo que la gente está cansada de lo mismo, que busca libertad real, gobernantes válidos. Veo cambios cada día, gente que no calla, que se levanta. Veo cambios desde el más pequeño rincón de la hoja, que ya acaba, hasta el aumento de agua en el océano. Y yo cambio, y me reconvierto en vida en alguien más adulto, aunque nunca lo suficientemente maduro. Todo cambia menos lo que importa. Cambiarán los mares, las situaciones y el viento, pero permanece la gente, mi gente, los abrazos, las sonrisas, los amores.

Todo cambia menos tú, un tú colectivo por mi gente. 
Todo cambia menos tú, que permaneces. Gracias