martes, 26 de julio de 2011

Del famoseo a la desesperación

Un ídolo de la canción ha muerto esta misma semana y aunque los resultados de la autopsia aún no han salido, es muy probable, conociendo la intensa vida de Amy Whinehouse, que la causa haya sido la sobredosis. No he dejado de lado aún el periódico donde estoy leyendo esto y cojo otro que me deja un poco más sorprendida. Miley Cyrus, la famosa imagen de Disney Channel ha sido capaz de poner de moda una nueva droga, Salvia Divinorum.

Teclead en Youtube ‘Salvia Trip’. Espasmos, hiperactividad, sudores, gritos y actos incomprensibles. Son los efectos de la nueva droga, y una de las primeras personas en probarla, la conocida actriz y cantante. Un peligro para la salud de los más jóvenes, que ven en Miley un referente, un modelo a seguir, pues vaya camino les espera si uno de los videos ranking en el conocido espacio de videos, es la aparición de la cantante en pleno éxtasis de una droga de diseño, cuyos efectos aún se desconocen. Lo que sí ha conseguido, según he leído en el Información, es ‘disparar la ratio del consumo adolescente’. A la moda de los ídolos y con ganas de probar cosas nuevas, aunque no conozcan los riesgos. es lo único que tienen en mente los adolescentes americanos que aparecen en muchos de los videos de Youtube.

Pero a esas dos se suman una lista más extensa de conocidos: Britney Spears, Lindsay Lohan, Pete Doherty, Whitney Houston, Kate Moss, Tatum Oneal, Robie Williams, Courtney Love, etc Esta última no dejó de consumir heroína ni durante el embarazo.Casi todos ellos, jóvenes promesas que entran muy pronto en un mundo de estrellas y famoseos, y que no saben llevar por el buen camino.

Todos sabemos de la peligrosidad que supone la imitación sin reflexión. Los famosos son entes públicos que, sobretodo en lo que se refiere a adolescencia y juventud, deberían calibrar sus actos, pues las consecuencias pueden ser letales. Pero, ¿Cómo podemos controlar eso? ¿Cómo conseguir que esos ídolos adolescentes se comporten conforme a la regla socialmente menos peligrosa? ¿No entraña en ocasiones morbo de qué hacen y cómo actúan? ¿De cuál va a ser su próxima aparición y con qué va a sorprender? Otra cosa que hay que trabajar si queremos formar una sociedad concienciada con lo que respecta a las drogas.

martes, 19 de julio de 2011

Reflexión entre jóvenes

El pasado 13 de junio tuvo lugar en Andorra, Teruel, el VII Seminario Jóvenes, alcohol y otras adicciones de la Federación de Alcohólicos Rehabilitados de España (FARE). Cada vez son más los seminarios dedicados a ese grupo de la población y la razón principal es el problema social que el abuso de sustancias psicoactivas está generando entre la población de edades comprendidas entre los 14 y los 18 años.
Allí se revelaron datos escalofriantes de la mano de profesionales y la las Asociaciones  que trabajan directamente con temas de drogodependencias. Participaron un total de 150 jóvenes rehabilitados. Es importante que estas reuniones tengan lugar porque es foco de reflexión en una sociedad ampliamente sumergida en problemas de este tipo. Y bajo unos estereotipos en los que los jóvenes entienden como normal un consumo abusivo del alcohol u otras drogas, en busca de la diversión, desinhibición, etc.
En la jornada participó también Rosario Sendino, delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, quien sacó a la luz algunos datos extraídos de varios de los estudios realizados por dicha entidad. De los mismo se presentaron datos tan preocupantes como los que siguen a continuación (datos de jóvenes entre 14 y 18 años): El 73% consume alcohol, el 38,1% tabaco, el 30,5 % cannabis y el 10,1% drogas hipnosedantes. Entre la población de 16 a 64 personas consume alcohol el 78,7%, tabaco el 42,8%, cannabis el 10,6% y otras drogas el 7,1%.
José Antonio García, es profesor de la Universidad Miguel Hernández de Elche y trabaja en el Instituto de Investigación de Drogodependencias (INID), y está elaborando en este momento un estudio para buscar un modelo explicativo multidimensional sobre el consumo de alcohol: “la Inteligencia Emocional es la variable moduladora, entre actitudes, riesgo percibido ante el consumo, apoyo social y resistencia a la presión del grupo de iguales, como variables intervinientes. La variable que más varianza explica son las actitudes (45%) seguida de la presión del grupo de iguales (35%)” – explica.
Desde centros de investigación como el INID, tienen claro cuál es su objetivo: “Nuestro empeño sigue siendo encontrar alguna técnica eficaz y eficiente para que la percepción de riesgo se asocie al comportamiento normal de los jóvenes”.
Estaría muy bien que mientras se desarrollan las técnicas necesarias, la sociedad se preocupara por organizar seminarios y foros donde los jóvenes pudiesen encontrar información, no sólo como método de prevención sino también como una diversión de aprendizaje de lo que supone un riesgo para la salud.