Carrascosos los caminos verdes
de agua pura los manantiales que contiene.
Los lirios vírgenes invisibles y presentes
belleza arrolladora lo que se desprende.
Sin igual el sentir de los silbidos
un aire incandescente que recuerda tranquilidad.
Petirojos purulando por le vago despertar.
De palmas y racimos se cubre su silueta
bienaventurada la vista que todo lo rodea.
Cuando los pasos sinceros pisan roca firme
La roja tierra pinta sus murallas
cubiertas de celestes capas de cielo azul.
En invierno nada muere
pero se transforma con una manta
de algodones limpios que se bordan sobre ella.
La vida inunda todo su corral
y al lado de barbaries de algunos
sobrevive por el cuidado
de los que desde la falda
con escudos la protegen sin cesar.
Así que Font Roja, bella como la que más,
resiste a la penumbra y sigue luchando
por los que vienen detrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario