viernes, 9 de septiembre de 2011

Sabor a salazón


Y ahí está mi lágrima
empujando al corazón
como una reyerta entre lo bueno y lo malo
Es lo que siento cada vez que toco  la razón
y me plantea un amargo sabor a salazón

Y ahí está mi aflicción
Yo no quiero causar daño
pero las soberbias contradicciones
de las entes pervertidas
me disfrazan en horrores de mañanas sin sentido

Y ahí está mi enfado
recaído sobre el dulce relleno
que soporta mi débil existencia temporal
Y sin embargo, yo lo repito
sintiendo cierto consuelo

Quiero remediar mi par de gritos
pero sin acallar los interiores
 que me guían en lo que creo y no debo olvidar

Así que aguantando quedo sin remedio
hasta que mi voz alcance la libertad de contemplar
un mundo que nunca ha de llegar

No hay comentarios:

Publicar un comentario