domingo, 8 de enero de 2012

Políticas sociales en momentos de crisis


A continuación os dejo el artículo de opinión publicado este mes en la revista Dependencias:

El Gobierno acaba de cambiar en España, ahora son los populares los que deben estar al frente del país, pero en cuestiones de salud pública no deberían existir diferencias políticas por ejemplo en materia de drogas. Por suerte o por desgracia, los recortes se van a evidenciar, más aún y no solo por estar en un momento de crisis económica, porque esa situación se viene arrastrando más bien hace ya algunos años.
En la esfera española todo está por ver, pero solo hay que observar comunidades como Castilla La Mancha, donde los populares ya llevan tiempo en el poder y cómo han abordado problemáticas como el caso producido en las farmacias de toda la comunidad. Deuda acumulada porque los farmacéuticos no pueden hacer frente a los pagos de los medicamentos porque han debido adelantar pagos, que en teoría debía cubrir la propia comunidad. ¿Dónde está el dinero? Invertido o tal vez malgastado en otras cuestiones. Y como siempre la sanidad y la educación pasan a segundo plano. Un error enorme en países desarrollados y en democracia, puesto que lo único que se consigue es una involución. Aunque tampoco los otros lo hicieron bien. El problema no viene porque los políticos no sepan estar al frente de situaciones complicadas como la actual. El País publicaba el otro día un artículo cuyo titular me resultaba de lo más curioso: ¿Están los políticos de ahora menos preparados que los de antes? Supongo que cada uno tiene una respuesta para ello.
En Europa la situación no es más fácil, se han tenido de aprobar tratados nuevos o reconfiguraciones de los ya existentes y dentro de todo ello está la supervivencia de la moneda común, que nos ha hecho crecer como un conjunto de naciones Paneuropeas, o al menos eso es lo que se pretendía.
Ante la situación, no solo en España y Portugal, sino como hemos dicho en todo el continente. ¿Quiénes son los más afectados? Pues todos y cada uno de los rincones que configuran el estado del bienestar.
El Ministerio de Bienestar y Política Social lanzó el mes pasado una interesante campaña que pretende luchar contra lo que ‘no debe ser normal’, el temprano inicio en la edad de consumo en las bebidas alcohólicas. Un anuncio que destaca cada una de las cosas que son normales a cada una de las edades en la vida de una persona y que se para en los 13 para destacar, que aunque lo normal sea el inicio en el consumo, esto no debería ser normal. A raíz de esto, se ha redactado un ‘Manifiesto contra el consumo de bebidas alcohólicas en menores’, que se hizo público el pasado mes de septiembre en Madrid. En él participan  asociaciones y organizaciones de toda España, que están preocupadas por la alarmante problemática del consumo en menores de edad.
Así reza el manifiesto:
“La estrategia de la Unión Europea para reducir los daños relacionados con el alcohol establece como prioridad el controlar su consumo en menores, mediante programas generales de prevención que empiecen en la primera infancia y pasa por la necesidad de una coordinación entre todos los agentes implicados.
En este sentido, los sectores y las asociaciones aquí representadas tienen experiencia suficiente en cooperación y elaboración de planes de actuación conjunta y manifiestan su disposición para crear una plataforma de trabajo estable que permita diseñar campañas dirigidas a menores y su entorno.
En consecuencia, y ante la demanda generalizada de respuesta al problema del consumo de alcohol por los y las menores de  edad, se constituye la plataforma de trabajo donde todos los agentes implicados puedan comparar puntos de vista, trabajar conjuntamente y emprender acciones en colaboración para evitar cualquier tipo de consumo de bebidas con contenido alcohólico por parte de menores.”
Ahora cabe preguntarse si medidas de este tipo van a tener lugar en los próximos años o si se van a seguir las que ahora se han abierto. ¿Qué ocurrirá con los intereses políticos? ¿Van a predominar de nuevo y se dejarán de lado las necesidades reales? Sea como sea habrá que aceptarlo, porque nos guste o no, es el juego de la democracia y lo que todos hemos elegido para los próximos años. Los afectados no serán solo los profesionales, lo serán también los más débiles de la pirámide, los enfermos. Ojalá me equivoque.

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