Caen letras mojadas de las nubes golosas. Se convierten en
río improvisado sobre el asfalto. Se unen entre conjunciones moradas para crear
bellas palabras. Corren al ritmo de neumáticos lentos y miedosos de morir
ahogados. Elijo las mejores y las pongo ordenadas sobre la hoja intocable.
Salpican una a una entre mis dedos sedientos. Se atormentan al combatir contra
la tierra seca del verano que hoy acaba. El calor se trasforma en humedad de cuento
otoñal. La biblioteca salada acoge nuevas letras caóticas. Se enriquece con el
diluvio el manantial verde de mi corazón. Las nubes golosas derraman frases
completas que absorber como reflexión de crecimiento. Y el cielo lejos de su
azul brillante avisa de su enfado. Como cada letra colorida para alimentar mis
venas de tinta blanca. Pacifico la voluntad sanadora de las letras y las
disfruto y saboreo como si jamás hubiese comido plato igual. Serán golosas las
nubes. Serán mojadas las letras. Serán felices mis venas de conjunciones
moradas que crean bellas palabras.
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