sábado, 17 de marzo de 2012

Querido mar


Hola mar. Te he echado de menos, no te imaginas hasta qué punto. Ya sabes que me encanta venir y tirarte todo lo que me sobra. Lo malo, no lo bueno. Para que lo ahogues en tus aguas y lo conviertes en algo mejor. El cielo te acompaña hoy partido en dos. Una de sus mitades es ya nocturna y la otra aún anaranjada recuerda que en algún momento hubo día. Me gustaría poder descifrarte, saber qué dicen los sollozos de tus olas al romper. Intuyo que son las respuestas a las dudas que plantea mi pensamiento cuando te veo tan inmenso frente a mí y me haces sentir tan pequeña en este mundo de gigantes.  No puedo evitar sonreír al verte y cerrar los ojos y dejarme seducir. A lo lejos veo la luz de la tierra que te avisa de que no la sumerjas bajo tu espuma marina. Cada uno tiene su espacio, eso es lo que te recuerda. Mientras en triángulo pasan las gaviotas sobre mi cabeza y picotean un ‘hasta mañana’. Y tú sigues con tu suave oleaje hacia mi caminar. A la ida amenazas con mojar mi pie izquierdo y a la vuelta el derecho. Te gusta jugar a cazar mis zapatillas de correr, aunque hoy solo paseen. Has conseguido hacerme olvidar la realidad. Tu voz tan bella, ha conseguido que apague mi música. He olvidado el móvil y estas teclas. Poco a poco te he respirado y con ello, he vuelto a nacen. Te he echado de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario