domingo, 14 de marzo de 2010

LA FELICIDAD NO ESTÁ EN UN VASO DE CRISTAL

Está muy bien tener la oportunidad de asistir a conferencias sobre cualquier tema, y es curioso como si además lo haces desde tu niñez, éstas van adquiriendo poco a poco sentido en tu mente hasta que llegan a tener un significado no tenían. Pero no resultan repetitivas para nada, al contrario, cada vez se aprende más. Aprendes cosas como las que te puede enseñar un sexólogo. “Las libélulas cuando hacen el amor crean una figura en forma de corazón”. Pero también aprendes cosas como las que te puede enseñar un alcohólico rehabilitado, el sentido de la vida, y la fuerza que debemos tener para superar los problemas que se presenten. “Sin mi mujer o sin mis hijos, nunca hubiese parado de beber.”
Además es tan gratificante ver como la gente te dedica su mejor sonrisa y te trasmite su cariño como si fueses uno más de su familia. Y todo gracias a la recuperación. Salen de ese hondo agujero negro que no les permitía ver más allá de la copa de vino, de coñac, de cerveza, etc.
Lo mejor, tal vez sea ver la entrega de premios en el concurso de cuentos, cuya temática es el alcoholismo, como no podía ser menos. Esa lagrimita corriendo por la mejilla de la literata ganadora que moja el diploma que le otorga la federación junto con 1000 euros, bien merecidos por esos magníficos dotes literarios; hacen que se te erice la piel. Ha empezado ya su camino hacia la felicidad.
Si a todo eso le añadimos un maravilloso paisaje, el sentimiento de alegría se incrementa hasta cantidades infinitas. Esas largas dunas recubiertas por pinos de un verde botella, que parecen contrastar con la temática del congreso. Caminos de madera hacia un espacio abierto e inmenso como es el océano Atlántico, que baña cuidadosamente la playa de Punta Umbría (Huelva), tan alejado del mundo pero tan cerca de la civilización.
Pienso que es una suerte poder compartir todas estas emociones y sensaciones con la gente anualmente. Ver como pasan de ver el vaso medio vacío a que casi se colme, gracias al apoyo de una ONG como esta, capaz de hacer renacer a gente que había dejado de vivir. Y lo más importante, siempre acompañados por la gente a la que más hay que querer y apreciar. La familia.

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