miércoles, 24 de marzo de 2010

Sin papel no hay pájaros


Según el estado de ánimo y el momento de tu vida en el que ves una película, suele afectar más o menos. Igual que sin papel no pueden existir los pájaros que el protagonista más joven hace, mis lágrimas no corren si en cierta medida no consigo meterme dentro del universo del film. Y no sé que pueden decir los críticos, pero a mi como espectadora me cautivó. Aunque si bien es verdad que podría durar unos minutos menos, parece que hoy en día si una película no dura como mínimo dos horas no puede ser llamada como tal.

Me gustó por varias razones. En primer lugar refleja muy bien la situación de la época con sus escenarios pero también con la forma de vivir de la gente y la deseperación por conseguir un trozo de pan, aunque sea robando y debas enseñar a los más pequeños que eso no se debe hacer. Y en segundo lugar, por la historia de los protagonistas. Un homosexual perseguido, un hombre que ha pasado años más muerto que vivo después de que en un bombardeo perdiera a su mujer y a su hijo; y un niño que tras muchos esfuerzos consigue por fín hacerse hueco en el corazón de su padre adoptivo. Podríamos decir que su familia han sido los dos hombres, "mis padres" como él mismo señala al final de la película; un matiz que también me gustó, pues demuestra a más de uno que no es malo tener padres del mismo sexo.

Para mi gusto el cine español va mejorando, y eso que a mí no me ha gustado mucho nunca. En esta ocasión al igual que con Mar adentro, puedo decir que "Chapeau".

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