Picadas están las olas al intentar asimilar los deseos
vertidos en la noche de San Juan. Las hogueras ya quemadas y negras son residuo
aparente del malestar general. Entre las olas blancas se atisban sonidos
incomprensibles en forma de abecedario, que juntos harán que tan solo una frase
tenga sentido. El deseo de alguien, que ayer bajo la luna llena tapada de
nubes, obedeció a la tradición y pensó en lo que quiere o necesita. Y así, las
sirenas lo convertirán en canción. Tal vez así se cumpla.
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