lunes, 24 de junio de 2013

Tras la noche de San Juan


Picadas están las olas al intentar asimilar los deseos vertidos en la noche de San Juan. Las hogueras ya quemadas y negras son residuo aparente del malestar general. Entre las olas blancas se atisban sonidos incomprensibles en forma de abecedario, que juntos harán que tan solo una frase tenga sentido. El deseo de alguien, que ayer bajo la luna llena tapada de nubes, obedeció a la tradición y pensó en lo que quiere o necesita. Y así, las sirenas lo convertirán en canción. Tal vez así se cumpla.

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