sábado, 10 de noviembre de 2012

Retrospectiva en el parque


En esta mañana de sábado, me encuentro sentada frente a múltiples vidas que me regalan el perfecto concierto. Sonidos dispares se mezclan en una conjunción que ni los más grandes maestros serían capaces de imitar. Aunque aquí los días parezcan todos grises, la realidad es que están lacados de una perfecta armonía de colores y sonidos. Hace ya dos años encontré en este parque el retiro pacifista e inspirador que todo escritor necesita. Y tras este tiempo he vuelto acompañada de empeños y sueños. Más capaz que entonces pero menos que dentro de algunas horas, días, semanas, meses y seguramente años.
He venido a quedarme. A prendarme de este verde al que nunca me acostumbro. Vengo a alejarme con las hojas color plátano del suelo, vengo a acompañar con mi sonrisa el verde suelo,  el multicolor hoja de árbol. Vengo a prestar atención a lo que me dice la pata, el cisne, el cuervo, la ardilla.
Vengo a permanecer callada y sentada, mientras plasmo con los trazos del bolígrafo lo que veo, lo que escucho, lo que siento, lo que soy.
Porque aunque me cueste conseguirlo he venido a quedarme, acompañada de mi esfuerzo y dedicación. He venido a sentarme en el banco de la retrospectiva y a convencerme de que este es, sin duda, el mejor de los caminos.
Que se prepare este parque, que se prepare el mundo, porque he venido a quedarme.



                                            



No hay comentarios:

Publicar un comentario