He vuelto a reencontrarme con las tardes de domingo sabrosas
de reflexiones. He sentido la nostalgia de esos momentos. Nostalgia no como
tristeza, sino como el echar de menos a alguien que sabes que solo existe en un
lugar. Un sitio que fue mi casa presente y que ahora es ausencia pasada. Echo
de menos sus palmeras y todo lo que representan, pero sobretodo echo de menos a
su gente. Y te echo de menos a ti, mi querido amigo, y compañero del alma, como
un día dijo Miguel y al que yo tan bien comprendo ahora. Y por eso no quiero
perderlo como amigo. A pesar de la distancia, de los kilómetros y de las horas
de sol que nos separan. Porque un amigo forma parte de ti, y perderlo es como
perder una parte de tu alma y de tu cuerpo. Así que…estoy segura de que…seguiremos
andando juntos.
A mi amigo, desde el primer dibujo de agua hasta la eternidad.
És deveres que qui té un amic té un tresor.
ResponderEliminarCuideu-la doncs.