Me gustaría aprender cuál es el olor de las nubes con su
espumosidad tardía
Y revocar la palabra
del sol cuando calla
Asustar al pétalo que nace para poder ver como cae hiriente
hasta el suelo
Y abalanzarme sobre el diente de león que serpentea el aire
El mismo que dejé de respirar por unos segundos al verte la
primera vez
Me gustaría saborear el blanquecino grisáceo que mancha el
cielo de vez en cuando
Y nadar entre los rayos de la estrella más grande del mundo
Desaparecer tras la cigüeña encapuchada cuando llueve
Y agarrarme a tu cuerpo como el koala se adhiere árbol
australiano
El mismo que aún no he llegado a visitar por estar tan
lejano
Me gustaría masticar la nata que cuelga de la gran capa azul
sobre mi cabeza
Y serpentear la ironía desgraciada y los barullos del
tráfico de la avenida
Perderme entre las ramas disimulando la presencia al
camuflarme entre las hojas
Y observar desde allí arriba lo que pasa entre las horas
Las mismas que aborrezco a veces por no poder pasarlas a tu
lado
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