martes, 2 de octubre de 2012

Estadio medio



He regresado. Al lugar de los silencios para respirar la paz y sentir el aire fresco de la noche. Echaré de menos las tardes de domingo perfumadas, echaré de menos el cielo compuesto de naranjas. El rato de pensamientos sobre el mar de levante. 
He vuelto al lugar donde nací para coger fuerzas y volar muy alto. Casi hasta alcanzar la luna y tocar sus párpados. Muy por encima de la neblina que acaricia la montaña. He decidido regresar sin deshacer las maletas y seguir así cargando el equipaje de mi espalda con conocimientos de elefanta.
Ahora no puedo evitar ser crítica con dureza. Las situaciones se complican y me voy en busca de soluciones dóciles. Porque me siento ciudadana del mundo y del planeta y no pretendo traspasar fronteras que para mi no existen.
He regresado. Al lugar de la pasividad, de la lectura voluntaria y la escritura con o sin rabia. Echaré de menos las palmeras, los calores y las bicicletas. Echaré de menos a mis amigos de carrera, de profesión y cervezas.
He vuelto al lugar de las cuestas para descansar antes de emigrar a la mezcla de culturas y pasiones mundiales. Donde veré la misma luna que alcancé al volar muy alto y tocar sus párpados. Solo que esta vez el estadio me llevará a verla reflejada sobre el Tamesis nocturno por un ambiente humedecido.

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